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¿QUE SERIA DE LA VIDA SI NO TUVIERAMOS EL VALOR DE INTENTAR ALGO NUEVO?

Vincent Van Gogh

Habrá que hacerse la pregunta, ¿por qué pensar hoy en VINCENT VAN GOGH en una ciudad como Lima y en este momento del siglo XXI? ¿Porque fue un pintor vehemente que rozó con la locura? ¿Porque fue uno de los pintores mas personales y audaces de todos los tiempos? ¿Por que todos lo amamos? Y encontraremos que sea cual sea la razón o pretexto para hacerlo, lo más importante resulta la respuesta: por educación.

Durante los últimos 20 años, la “Educación por el Arte” ha sido desterrada de las escuelas públicas (salvo honrosas excepciones) dejando grandes vacíos de conocimiento en el futuro público, y es posible que ningún niño, ninguna niña haya oído ni oirá hablar nunca de VAN GOGH en su aula. Obviamente, tras haber perdido este tiempo; esta oportunidad para formar la sensibilidad de nuestra población es un privilegio que no podemos soslayar.

La interconexión de los tiempos actuales ha permitido que, más allá de las valoraciones y características específicas de cada cultura, se tenga a la mano el conocimiento y que todos los seres humanos tengamos una mirada “estándar” del mundo. Pero también es importante el reconocimiento hacia el otro y en este caso éste otro es para nosotros VINCEN vAN GOGH . Vincent no sólo fue pintor si no también un escritor notable, sus extraordinarias Cartas a Theo así lo demuestran y nos brindan un material indispensable para poder entenderlo y comprenderlo.

En esa medida, recrear la obra del genial pintor holandés desde la mirada de los artistas peruanos es un homenaje a la universalización de la cultura y, al mismo tiempo, un canto al mestizaje. Una conexión de sensibilidades que, en momentos como los actuales, escapa a la definición de las fronteras.

Un objetivo adicional de esta muestra colectiva ha sido “perseguir” a VAN GOGH a través de su obra y entender cómo ésta se ilumina a medida que él, paradójicamente, va perdiendo lucidez. Parte importante de nuestras referencias proviene de las cartas que le escribe a su entrañable hermano Theo. En ellas, el artista revela cómo su pasión por el arte termina socavando su espíritu, aislándolo y traicionando su propia esencia.

“CELEBRANDO A VAN GOGH”, la muestra que hoy presentamos, es el resultado de la voluntad de un grupo de artistas por resucitar, desde sus propias vivencias, el alma inmortal de VINCENT VAN GOGH. Para elaborar su obra, cada uno de ellos ha debido “meterse” en la mente del Pintor, entender sus tormentos e investigar a fondo su vida y su obra. Tanto el proceso como los resultados han sido enriquecedores y estimulantes.

Hemos incluído, además, una biografía cronológica del artista y la instalación de su famoso dormitorio en Arles. Siéntese en su silla, recuéstese en su cama, mírese en su espejo… esperamos encuentren adentro parte de ese indomable espíritu y apasionado amor por el arte.

Esther Oblitas Vallejo
Miraflores, 10 de abril de 2010

La Inauguración de Celebrando a Vincent Van Gogh en el Centro Cultural Ricardo Palma

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Montaje e Instalación del Cuarto de Vincent Van Gogh

CARTA A MATUSA CON PAISAJE DE VAN GOGH

Por Enrique Sánchez Hernani

De pronto descubres que estar en la mitad de la vida
con tus 19 años no es igual a cruzar un campo de fresas
o entrar de compras a un supermercado donde genialmente
se desarrolla la ley del valor de Marx
ineludible
para la masa de hombres y mujeres que conforman ese público
ebrio de música, melómanos como tú, Matusa,
en la maraña de bancas de la Concha Acústica donde suena muy triste
el primer movimiento de la sexta sinfonía de Peter Tchaikowsky.
Ese adagio final se te parece o al menos
a alguna parte de tu breve historia, como el momento aquel
cuando estabas del brazo de Mark Farner (del grupo Grand Funk
Railroad), algo despeinada por tus graciosos movimientos,
con una sonrisa ancha como la autopista a Pucusana
y veloz como ese rock’n roll que tiembla en tu piel y tus labios,
los ojos húmedos, un placer tan fuerte como tomar alcanfor
con hielo hasta quedar borrachos para luego no poder
llegar a tu casa, quedarse dormida sobre aquellas flores
incandescentes, sobre aquel paisaje que resultó ser
una pintura de Van Gogh. Pobre Vincent, de vida tan triste,
tan sola, sin más compañía que sus pinceles duros como nueves
y su fagot color violeta para tocar la sexta sinfonía
un rock
en tus oídos, Matusa. Es el anuncio
de que la mañana ha llegado y debes comprender que vivir
no sólo es aspirar el olor de las farmacias y los nísperos.
Es también poder hablar
después de haber perdido la inocencia.